Tras una plácida noche de reposo en un hotel confortable para reponer fuerzas, nos levantamos un poco más tarde de lo habitual, no por nosotros, sino por obligación, puesto que el Hotel no sirve desayunos antes de las 7:30h de la mañana.
Con una buena elección de desayuno japonés, con té verde, todo tipo de ensaladas orientales, arroz y tofu, cogemos fuerzas para el día, lleno de turismo y viaje.

Nos dirigimos al Ferry de vuelta para Miyajimaguchi, donde cogemos el tren dirección Hiroshima. Un corto viaje con cambio de tren en Shin-Osaka que nos traslada en el tiempo a una ciudad donde la bomba atómica causó estragos hace menos de 70 años, y que en poco tiempo se ha reconstruido a si misma, manteniendo el espíritu y el respeto por los jardines, y generando a su alrededor todo tipo de turismo empleando como base la bomba. La parte “antigua” e industrial de la ciudad no tiene mucho que aportar, pero en seguida llegamos al impresionante Castillo de Hiroshima, construido en 1589, destruido completamente por la bomba atómica, pero restaurado en los años 60.

En su interior nos encontramos con un museo con objetos de la época de su construcción. Aunque parezca cara la entrada en comparación con los costes de acceso a museos de Tokio, no daremos por perdido el dinero al disfrutar en su parte superior de un paisaje espectacular, pues posee un mirador desde donde podemos tener una impresionante vista de 360º de Hiroshima. Os recomendamos ir en forma pues llegar arriba supone subir bastantes escaleras.
Por lo demás vemos maquetas de la época, recuerdos, figuras y armaduras que nos permiten acercarnos de una forma instructiva a la forma de defensa de dicho Castillo en su origen. Lástima que nos sorprendan con una gran vitrina de recuerdos del equipo de fútbol de la ciudad, que desentona con el resto del Castillo, pero sigue siendo meramente una anécdota, y forma parte de la historia de la ciudad.

Tras dejar atrás el Castillo nos acercamos al Dome, el único edificio que quedó en pie tras el ataque y que nos recuerda lo que allí ha acontecido. Francamente impresiona encontrar un edificio en esas circunstancias, y te hace pensar en como debió ser el ataque para dejar sólo un edificio en pie y en esas condiciones. Todos los allí presentes nos quedamos impresionados al imaginarnos la zona en el año del desastre… un recuerdo que nos quedará marcado de este viaje. Alrededor del edificio nos piden que firmemos en contra de las armas atómicas en el mundo entero… algo a lo que nos unimos.

Desde allí nos adentramos al Parque de la Paz, un lugar creado para conmemorar la paz que el país entero solicitaba tras el gran ataque, y que han llenado de zonas verdes y monumentos en homenaje a los caídos, a los afectados y a los niños que sufrieron dicha guerra. Un lugar para pasear y ver como siguen viviendo muy de cerca aquel acontecimiento, mas aún en estos días, que se acerca el aniversario del mismo.

Cruzando un monumento con una llama encendida nos acercamos al Museo en memoria de las victimas, un Museo que bien podria ser el museo de los horrores, pero han convertido en todo un recorrido histórico desde los origenes de las armas atómicas, los motivos por los que Hiroshima fue la seleccionada para dicho ataque, y las consecuencias que dejó dicha elección.

Consecuencias que vemos a través de restos de ropas de niños y personas afectadas, replicas de la ciiudad antes y después de la bomba... algo que logra ponerte la piel de gallina… aunque lo que más me impactó fue la presencia de un reloj que marcaba las 8:15… hora del desastre… quedando grabado para siempre en un reloj que “sobrevivió” a aquel hecho.

Ciertamente han conseguido ambientar perfectamente el museo, no quedando grotesco, a pesar de encontrarte escenarios con figuras a tamaño real con restos de sangre y de efectos secundarios. Sorprende que tengan a disposición del visitante restos de materiales que han sufrido los efectos de la radiación y que nos permitan tocarlos, para tener más cerca aquel momento. Todo un "homenaje" a una ciudad que ha sabido reponerse en poco tiempo al gran destrozo que sufrió por parte del ejercito americano y que todo un país ha sabido aceptar y vivir con ello, reforzando la unidad que se vive en estos días en los que se cumplen 64 años desde el gran acontecimiento, y que como podéis ver en estas dos fotos realizadas en el Museo, supusieron un gran impacto y una gran repercusión no solo para la ciudad sino para toda la humanidad.



Tras un impactante repaso de lo vivido por la ciudad, y llevarnos la sensación de estar más unidos a Japón y más alejados de los motivos de USA, nos dirigimos a Hondori. Lo que durante años fue la parte más comercial de la ciudad y del país, que ha sido reconstruida tras la bomba para sorprendernos con una calle comercial actual, repleta de tiendas de lujo y de ropa, electrodomésticos, tecnología, comida… toda una avenida cubierta impresionante que no tiene nada que envidiar a las grandes calles de Tokio y que te acercan a la imagen de país de luces, colores y música que siempre tenemos al imaginar las grandes urbes niponas.

Sin tiempo para visitar el Museo de Arte de la ciudad, que no teníamos previsto desde un principio, podemos decir que hemos revisado lo principal de una ciudad que podéis visitar en un día y así seguir con vuestro viaje, tal como hicimos nosotros, continuando nuestro viaje en tren por Japón con destino Kioto.

En 2 horas llegamos a la que fue capital de Japón y la residencia del emperador desde el 794 hasta 1868. En la actualidad la séptima ciudad más grande del país con más de 1,4 millones de habitantes y que mezcla perfectamente la tradición y la espiritualidad de templos y jardines con la imagen moderna del país de las nuevas tecnologías. La ciudad ha sabido mantener su valor histórico, y es que debido a su gran valor fue eliminada de la lista de ciudades como posibles objetivos de las bombas atómicas durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando llegábamos no nos hacíamos una idea de los innumerables templos, santuarios y otras estructuras de valor histórico que sobreviven en esta impresionante urbe.
Para Kioto os recomendamos ir con los pies descansados, con el cuerpo en perfectas condiciones y con muchas ganas de pagar, pues en todos los sitios que visitéis os van a cobrar… y no poco.

Dada la hora de llegada a la ciudad no hicimos turismo normal, pues los templos estaban cerrados y estábamos cansados, pero hicimos otro tipo de turismo… turismo de marcha, pues gracias a un contacto que teníamos en la ciudad nos sacaron a conocer un poco la parte de marcha de la ciudad, las zonas de bares y fiesta que no nos imaginábamos al llegar. Toda la zona se encuentra en los alrededores del río Kamo, y han aprovechado para ubicar en esa zona muchos locales de copas y cena en la orilla del río, creando un ambiente bucólico e intimo que no tiene precio.
Tras pasear un poco por Pontocho, zona recomendable para cenar, nos adentramos en un restaurante donde te sientas en una habitación privada, sin zapatos, para que disfrutes íntimamente de la cena, y puedas disfrutar del sake sin molestar al resto de comensales. A pesar del precio de la cena, la calidad de la comida y el buen servicio nos permiten decir que ya hemos disfrutado de otro de los restaurantes típicos japoneses.

Tras salir, y como es típico en la ciudad, paseamos en busca de algún local donde tomar algo, teniendo en cuenta que están repletos de bares, y que no podéis buscar solamente los bares que os gusten y que den directamente a la calle, pues en Japón es típico que los bares y restaurantes ocupen todos los pisos de los edificios.
Nosotros comentaremos los locales que visitamos, pero podéis entrar en cualquiera, todos ellos recomendables seguramente. La primera parada era curiosa, pues nos llevaron a un local de Salsa, donde se hablaba algo de español y veías como los japoneses demuestran sus habilidades con el baile latino, aunque a muchos les faltara la sangre caliente que se necesita para disfrutar del mismo. La entrada eran 2000 Yenes, pero incluía dos consumiciones, y es algo que se necesitaba ver.
Como sabían mi afición por la serie Gundam nos llevaron a un local dedicado a dicha serie, todo decorado con maquetas y pósters de la misma, y con la música original. Todo el mundo amable y atento e interesándose por saber si en España conocíamos la serie.
Tras dejar este local, y dado que ese tipo de bar nos gustó, nos llevaron a otro donde cada mesa emulaba estar dentro de una celda… muy original, económico (para lo que es la zona) y con buena atención. Otro de esos locales que ves en la tele y deseas visitar.
Para rematar la noche, y poder descansar algo para lo que se avecina de turismo, nos llevaron a un local a la rivera del río, donde puedes comer algo y tomar una copa hasta altas horas de la madrugada, con un precio elevado si no estás acostumbrado a salir de marcha por Madrid o Barcelona, y que realmente demuestra que la atención al cliente es lo suyo en Japón, pues en todos los bares el camarero, siempre joven, se acerca a tu mesa y se “arrodilla” para que tu estés por encima de él, aún sentado, y te pregunta por lo que deseas con un trato que nos sigue sorprendiendo. De aquí destacar que descubrimos una de las tapas que tomaban en esta zona, y consistía en cartílago de pollo rebozado... es decir, todo eso que nosotros tiramos ellos lo emplean como ración.

Taxi y al hogar (en este caso no necesitábamos Hotel, pues una buena amiga nos prestaba su casa… y desde aquí reiteramos las gracias). Como recomendación en la marcha nocturna... tenéis que beber copas, pues el zumo y las cañas son mucho más caras que las copas que en España te cuestan un riñón.

Comments (2)

On 19 de agosto de 2009, 19:43 , Anónimo dijo...

Se agradece la actualización...para cuándo Tokio?......por cierto, cuando recomendáis copa mejor que caña...qué tipo de copa?, porque me extrañaría que los japoneses tomaran ron o ginebra.......jeje.
Burbuja.

 
On 20 de agosto de 2009, 8:20 , Davicine dijo...

Los japoneses beben más barato una copa de Vodka o de Bourbon que una caña o un zumo natural... cosas de la vida, pero los bares que fuimos nos quedó demostrado que es mejor ser un borrachin de calidad, jejeje..