El día 3, y para no perder ritmo, madrugamos para poder tener un día completo que, aunque nublado, nos respetó todo el día.

Destino: el nordeste de Kioto. Para ello nos tomamos dos buenos “batidos” de proteínas, que nos dan fuerzas y vamos a la estación de Kioto haciendo uso de nuestro JR Pass, y en menos de 10 minutos nos encontramos en pleno centro de la ciudad, donde podemos coger un autobús que se dirige al famoso templo dorado, o Kinkaku-Ji. Menos mal que habíamos madrugado, pues el trayecto en bus tiene una duración aproximada de 1 hora, un trayecto largo pero "directo", ya que tras recorrer la gran urbe nos deja en la puerta del Templo, repleto de gente a su entrada. Por 400 Yens nos adentramos en uno de los templos que más nos han impactado, no solo por su presencia, sino por el entorno en el que está ubicado. Es fácil distinguir este templo de otros, pues está cubierto por un color dorado que con la luz de las primeras horas de la mañana refleja su brillo a través de las ramas del frondoso jardín que rodea el lago en el que se encuentra ubicado. Una imagen digna de una postal y que nosotros hemos vivido en primera persona.

Cientos de turistas de todos los lugares (nacionales e internacionales) se agolpan para hacerse la foto con dicha estampa de fondo. Tras hacer como cualquier turista paseamos por los jardines, perfectamente cuidados y que emanan tranquilidad a pesar de la gente que allí se encuentra. Pocas veces ves un bosque tan frondoso que abre paso a un maravilloso y espectacular bosque de bambús… así como pocas veces disfrutas de pequeñas cascadas que con tan solo verlas te refrescan en una calurosa mañana. Quizás se hace corto el paseo por el jardín, pero realmente tenemos mucho que ver y no nos podemos permitir tumbarnos y disfrutar del paisaje tanto como nos hubiera gustado (en Miyajima ya tuvimos bastante).

Dejamos atrás el Templo Dorado para visitar, cerca de allí, aunque haciendo uso del autobús (el 59 para ser exactos), el Templo Ryoann. 500 Yens de entrada para un templo en el que podemos disfrutar de un precioso jardín zen, pero ensombrecido por el gran templo que acabamos de visitar… y por encontrarse en obras, algo que nos habían avisado en la entrada, y de hecho
te enseñan fotos de cómo se encuentra actualmente, por si no quieres pagar por verlo, pero nosotros ya estábamos allí, y no sabíamos cuando volveríamos. A pesar de las obras, el jardín nos deja ver como se trabaja un jardín de este tipo y se puede apreciar bien el valor del mismo, y los motivos de su importancia, sentándonos un rato a contemplarlo en paz y armonía, con grandes dosis de Zen y de Tao, pues estabamosZenTaos”.

Cogemos fuerzas con unas latas de bebidas mega vitaminadas y mineralizadas, como las de Super Ratón, y nos dirigimos de nuevo al bus 59, que nos lleva a la parada de Omura Ninnaji, donde visitamos por unos módicos 500 Yens el templo Ninna-ji.

El último templo de la zona que visitamos antes de retornar a la estación de Kioto en el bus 26, que va directo desde allí y ahorra tiempo.
La estación es un buen lugar para comer, pues tenemos variedad de sitios donde escoger, y no nos tenemos que desplazar demasiado, pues aún nos espera un bus mas por hoy. Antes de comer subimos a la parte alta de la estación, que a pesar de no estar recomendada en ninguna guía, nosotros la recomendamos, pues tiene un mirador impresionante en su parte superior, tras un número incontable de escaleras mecánicas. Arriba, incluso, se puede tomar algo, ya que dispone de bancos en un jardín artificial creado para la ocasión. A mi, personalmente, me encanta pasear rodeado por figuras de Astroboy, puesto que en esta ciudad se encuentra el único museo del Manga del país, y por ese motivo hay muchas figuras y carteles decorativos de la obra de Osamu Tezuka.

Finalmente, y tras decidir no comer en un Indio, en un español, en uno de comida rápida o un Mister Donut, bajamos todo de nuevo para entrar en un restaurante pijo, pero asequible, pues los menús son baratos, pero donde no se esfuerzan en que les entiendas, y nos alimentamos de un buen plato de pasta (DR), y por mi parte un buen plato de Arroz con Curry para que el estomago coja su pertinente dosis de picante y así acumular durante horas un ardor y un regusto en la boca que no se quita por muchas bebidas extrañas que se tomen.
Con las pilas cargadas tomamos cualquiera de los buses que indican en su frontal la dirección de Ginkaku-ji, o lo que es lo mismo, el templo plateado. Sorprendentemente seguimos con nuestra racha de encontrarnos obras en las visitas, y el templo Plateado se encuentra en reformas, tal como nos indican en la entrada, pero realmente el templo no tiene tanto valor, a diferencia de su jardín, por lo que pagamos los pertinentes 500 Yens y accedemos, quedando confirmado que el templo tiene poco valor, pues no es plateado, no tiene plata… y tiene toda su parte inferior desmantelada y llena de obreros.

No obstante el paseo por su jardín, como ya pasara con el templo dorado, no tiene precio. Impresionantes lagos, impresionantes arboles, arbustos, musgo y hormigas (con lo que hemos pagado ya podemos impresionarnos con todo, ¿no?). Un paseo agradable que concluye en la pertinente tienda de recuerdos, como en todo templo, y donde queríamos coger fuerzas con uno de esos magníficos granizados que venden en este país, pero muy a mi pesar no encontramos ninguno en nuestro camino de vuelta, al menos uno que valiera la pena, pues los buenos son los que tienen topping de leche condensada.

El día no podía ser más peculiar, y nos encontramos allí con el jóven americano que habíamos conocido días antes en la excursión de Kamakura, y en esta ocasión estaba acompañado por su familia, que nos presentó, charlamos de fútbol y continuamos nuestra ruta… ruta que nos llevaría a lo largo del Camino de la filosofía, una ruta boscosa que rodea un pequeño canal, y donde encontramos multitud de templos, galerías de arte, cafeterías al más puro estilo francés y… muchos españoles, como en todo nuestro viaje. El largo Camino termina cerca del templo Eikan-do, pero lo que más valor tiene es el templo de Nanzen-ji, donde encontramos un templo gigante, con grandes pilares que lo mantienen elevado, y a cuya sombra hay turistas, japoneses, y chicas vestidas con sus kimonos de gala que pasean por la zona como si del Japón de hace 300 años se tratara. En esta zona nos sorprende encontrarnos el primer acueducto que vemos en el país, y funcionando, pues puedes subir a su parte alta y ver el agua correr entre tus piernas… o bien subir un poco más y disfrutar de la vista del templo junto a una preciosa pagoda integramente de madera que anuncia el inicio de un largo paseo de templos.

Haciendo honor de nuestros genes y nuestro sexo, hacemos una “machada”, esto es, dirigirnos a nuestro alojamiento, a mas de 7 kilometros de distancia, andando (que es gerundio) aunque viendo de camino el Museo de Arte Municipal de Kioto, el Kioto International Community House, e incluso haciendo una incursión previa en el templo de Yakasa, en pleno parque de Maruyama, con sus grandes contrastes de naranjas y blancos a la entrada, que separa el templo más tradicional, de la zona comercial más importante de Kioto, adentrándonos en la calle Gion para ver el ambiente y continuar nuestro largo trayecto hasta Inari.

Esta noche tocaba cenar algo más tradicional, y cenamos en un restaurante cercano a la casa donde nos hospedamos. Allí servían Okonomiyake (crepes japonesas) y otros platos. Por nuestra parte cayeron dos tortillas rellenas de carne y atún, así como una crepe repleta de atún y salsas, con un poco de ensalada de nabo para acompañar y un poco de Tofu… todo ello por un módico precio, y permitiéndonos dar por zanjado otro día en Kioto, no sin antes visitar un bar mexicano, donde se hablaba español, y nos contaron los problemas para mantener un negocio de este tipo en una época tan complicada…

Comments (3)

On 26 de agosto de 2009, 13:55 , Anónimo dijo...

Tanque...¿tú comiste atún?...jeje...ah, que ése sí lo comes... ;p
Burbuja.

 
On 26 de agosto de 2009, 18:11 , Davicine dijo...

Doy fe de que comió Atún... y muchas más cosas, ya que es difícil no comer pescado en Japón, jejeje

 
On 21 de septiembre de 2009, 14:58 , Anónimo dijo...

hola, que pasa con vosotros, el domingo por la mañana veo que está actualizado en algun dia más y ahora ha desaparecido!!!!!
no se a que esperais, la verdad es que así no mola.
Tanque curra un poquito, que te has dormido en los laureles.
bss